Sin abejas no hay miel: el clima y la naturaleza importan
Una economía sana necesita un planeta sano. Si destruimos la naturaleza, destruimos la actividad económica que depende de ella. El cambio climático ya está perjudicando a nuestras economías, influyendo en cuánto se produce y cuánto cuestan las cosas. Al mismo tiempo, también está en marcha la transición hacia una economía más verde.
Por ello, el cambio climático es un elemento integral de nuestro análisis de política monetaria y estamos estudiando las implicaciones económicas de la degradación de la naturaleza.