Navegar en la incertidumbre
Cada vez es más difícil predecir cómo y por qué cambian los precios. Esto puede deberse a perturbaciones repentinas, como el estallido de una guerra, o a transformaciones lentas que cambian la forma en que funcionan nuestras economías. O a una combinación de ambos factores. La incertidumbre es un rasgo que define el panorama económico actual.
Por tanto, los precios pueden cambiar más rápido y con mayor intensidad. Esta no es solo una tendencia a corto plazo. Otros factores como la geopolítica, el uso de la inteligencia artificial, el envejecimiento de la población y las amenazas al medio ambiente también están reconfigurando las tendencias de inflación a largo plazo. Y estas tendencias ya no tiran de los precios en una sola dirección, lo que hace que sea más difícil predecir cómo evolucionará la inflación con el tiempo.
En este entorno incierto, tenemos que estar atentos y ser flexibles para mantener la inflación en torno a nuestro objetivo del 2 %. También necesitamos instrumentos analíticos y de política monetaria adecuados que se adapten a estos nuevos retos.